Madridpress.com: España: todo puede ir a peor
Emilio Suñé
El panorama surgido de las Elecciones del 10-N es de estricta ingobernabilidad. O Gobierno Frankenstein, que no es opción, pues ahora mismo sólo conduciría al desguace de España, o Gran Coalición, que no creo que quiera ninguno de sus ingredientes.
La han liado gorda con la repetición electoral, movida por intereses mezquinos, propios de todos ustedes. El principal Rivera, que ya lo ha pagado con la dimisión. Relean mis últimos artículos en MadridPress y verán que propugnaba la única solución lógica con el resultado de las elecciones de abril, una coalición de Gobierno PSOE-Ciudadanos, que tenía una holgada mayoría absoluta de 180 escaños y constituiría un gobierno de centro izquierda, que es lo que España había votado. Pero no, Rivera estaba obnubilado por la ambición de dar el sorpasso al PP, con un Casado insustancial, que al final ha resultado ser un marianista más. El otro liante igual de mezquino, Sánchez, al que sólo le mueve la poltrona a costa de lo que sea, convencido de que con nuevas elecciones iba a irse a 135-150 escaños, que eran los que le prometían sus dos arriolas particulares y tan mediocres como el original: Tezanos y Redondo.
Al final parió la abuela y a todos les crecieron los enanos. De nuevo al que más Ciudadanos, que le hacía asquitos a pactar con Vox, pese a una aritmética implacable, entregado en manos de un francés fracasado como Valls y su amito Macron. Obvio que su electorado no se lo iba a perdonar y votó a Vox, mucho más que al neomarianismo desideologizado de Casado. Y si piensan que Arrimadas es la solución para recuperar el centro político, se equivocan. Es otra fracasada. Las urnas le dieron una responsabilidad en Cataluña que no asumió y se fue con su maridito ex-indepe a gozar del oropel de la madrileña tranquilidad.
Resultado: nos hemos quedado sin centro político (10 escaños), un PSOE, con una pírrica mayoría de 120, un PP con un líder de pacotilla, en 88, un Vox sucesor de la AP de Fraga Iribarne, con 52. Más allá, la extrema izquierda bolivariano-comunista de Podemos y su divergencia de +País, con 38, los partidos secesionistas catalanes con 23, el nacionalismo vasco con 7 y el secesionista Bildu con 5, más una retahíla de varios e imprevistos, hasta completar los 350 diputados.