Ni siquiera el gran esfuerzo que desde niña mantuvo para compaginar estudios, trabajo y deporte, la apar- taron ni un momento de su afición por la pintura. De ésta ha hecho su mejor y más claro medio de expansión. Siendo, asimismo, el más auténtico reflejo de su propia personalidad.

Comenzó a pintar a los trece años y durante su adolescencia pintó diversas obras reflejando, desde su perspectiva, su amor por la naturaleza. Realizó diver- sas exposiciones en galerías y centros de Madrid como el Jardín de Serrano, La Casa de la Cultura de Torrelodones, etc.

Alos treinta y dos años, se marchó de la ciudad para dedicarse a su pasión por el mar, dejó unos años su faceta de artista para retomarla en 2020 con mucha ilusión y pintando obras abstractas, siempre orienta- das a la energía de la naturaleza que tanto ama.